jueves, 5 de febrero de 2015

Periódico de Lavapies Febrero 2015

Fashion “Love” Show.
Rubén Alexandre.

Estamos en el mes del Amor. Sí, amigos. Acaba de empezar el año y ya estamos con la siguiente masificación comercial del año: San Valentín y las grandes Pasarelas Internacionales de Moda de la Mercedes Fashion Week (que es mi único gran Amor verdadero).

Pero, superficialidades a parte; hablemos de una tendencia que nunca pasa de moda: la búsqueda del Amor eterno. O, al menos, que dure lo suficiente para recibir un detallito el ansiado 14 de Febrero.

Es el mes de las joyas y los complementos. ¿Que hay más fácil que regalar una joya o un reloj? Los complementos, parecen ser la mejor solución para firmar promesas e ilusiones de que un proyecto, donde volcamos muchas de nuestras ilusiones, llegue a buen puerto. Alianzas con fechas, perfumes, gemelos en forma de corazón, bufandas rojas que nos arropen del frío, o esa corbata de seda que le regalas a tu marido todos los años y que nunca se pone.

¿Algo que sella promesas o que permanece en la otra persona para recordarle a quién pertenece su fidelidad? Los cínicos sobre el amor, nos jactamos hablando de este día con estas connotaciones: “es superficial”, “banal”, “una ayuda del capitalismo para afrontar y superar la cuesta de Enero”...

Pero, pese a mi cinismo original, para todos aquellos que creen que esta tendencia viene de la formación de los grandes centros comerciales, os contaré de donde viene esta tendencia de celebración, más milenaria de lo que creemos. Hay que darle al César, lo que es del César.

Primero de todo, hay que poner en conocimiento que este día era la celebración al Dios Eros. El Dios del Amor para los griegos y Cupido para los Romanos. Así; miles de jóvenes peregrinaban a los templos dedicados a este Dios, para otorgarle ofrendas que les permitiera encontrar al verdadero compañero de sus vidas.

Pero su principal historia es más romántica y revolucionaria. San Valentín era un sacerdote que ejercía en Roma en el Siglo II. Un mandato de Claudio II dictaba que los jóvenes soldados no se les permitiría casarse, dado que al no poseer distracciones familiares, eran más aptos para enfrentarse a las batallas del Imperio. San Valentín, rehusó la orden del Emperador, y continuó celebrando bodas para los jóvenes soldados a espaldas del régimen. Cristiano Ortodoxo, y no habiendo sido aún instaurado el Cristianismo como religión del Imperio ( se haría al siglo siguiente), fué sentenciado a muerte y martirizado por su desobediencia. Así el Mártir, muerto el 14 de Febrero del año 270, sería sepultado, según narra la leyenda, muy cerca de un Almendro (símbolo cristiano del Amor).

San Valentín, podría haber sido un mero “alcahueto”, o un “celestino”. Pero su lucha marcó una tendencia. El luchar por lo que se cree y por el Amor, aún siendo la muerte su fatal destino. Miles de historias y fábulas que nos acompañaron a lo largo de nuestra vida, avalan este reconocimiento a luchas por amor; con o sin dicha: Romeo y Julieta, El lago de los Cisnes, La princesa y el Sapo, Blancanieves...

Historias y cuentos que nos muestran, cómo el amor no pasa de Moda. De hecho, solo tenéis que ver la cartelera semanal de los cines para daros cuenta de que es un tema que sigue dando de qué hablar.

Claro que los grandes Centro Comerciales se aprovechan de estas tendencias milenarias para sacar tajada. Pero, también, nosotros podemos cambiar las tradiciones. Más que cambiarlas, hacerlas nuestras. Pasad ese día en pareja, y que vuestro mejor regalo sea vuestra mejor sonrisa, vuestra más tierna mirada y vuestro Beso de Amor verdadero. Que lo más importante no sea esa sortija de plata o colgante en forma de corazón (Por cierto, creo que algo me revuelve las tripas en este momento y no son mariposas, precisamente); con dos nombres y una fecha grabada. Una pareja no es un inicio, ni un final. Siempre es una historia. Que a veces es fugaz y, a veces es; por siempre jamás...






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