Colaboración Especial con Silvina Magari y Brian Genio. |
Las
Mujeres...
Rubén Alexandre.
Bloguero de Moda
De
lo que sí que escribiré es de una tendencia que siempre está
presente todos los meses de Marzo. Una tendencia que no debe de
desaparecer por mucho que creamos que ya esta todo ganado. Me refiero
al día de la Mujer Trabajadora.
El
8 de Marzo es una fecha muy señalada para mí en el calendario.
Recogido en el almanaque como el día de una lucha merecedora de
todos los buenos atributos que existen. Es cuando nació la primera
muñeca que,a parte de ponerse vestidos de princesa, lucía un sinfín
de uniformados atuendos para el trabajo, Barbie y mi madre.
Ella
siempre me ha inculcado la importancia de esta lucha de un género,
anodina dentro de la sociedad, hasta que las guerras del siglo XX.
hicieron necesario que almas fuertes siguieran llevando las
actividades de los países mientras que los hombres cambiaban sus
utensilios laborales por fusiles y cañones en los frentes de Europa.
Siendo la oportunidad de miles de mujeres de dar a conocer su gran
talento y ganas de aportar algo más en esta sociedad, expandiendo el
abanico de posibilidades en sus destinos.
Si
una mujer tenía que ser una sumisa esposa y buena ama de casa en el
siglo anterior, porque sí; gracias a estos acontecimientos las
mujeres pudieron decidir qué destino escoger. Fuera cuál fuera su
decisión.
De
hecho hoy en día ya no se habla del Día de la Mujer trabajadora, se
habla del día de la Mujer; porque sea cual sea tu ocupación, forma
parte de la misma lucha: la de la libertad de escoger tu propio sino
sea este en casa o fuera de ella.
La
mujeres son libres, pero muchas veces se ven en una lucha interna en
la que muchos factores las desmoralizan para llevar a cabo una
profesión y acarrear el peso de la casa. Siendo el individualismo y
las ganas (o la obligación) de encargarse de todo, en ocasiones, el
causante de estos miedos. ¿Cuantas mujeres por coger una baja de
maternidad, que suele ser bastante larga, fueron despedidas? ¿Cuántas
mujeres por quererse relajar un poco en sus profesiones han acabado
delegando un poco más y las han desbancado en sus ascensos? ¿Cuantas
han dejado de trabajar en carreras prometedoras por el impulso de
notar que abandonaban a sus hijos? ¿Cuántas disponen de un
compañero que se quede en casa para llevar el peso del hogar para
que ellas se realicen profesionalmente? Entonces, ¿podemos hablar de
que en la realidad social de las mujeres, reside una auténtica
libertad?
Solo
hay que documentarse un poco en las cifras y en las mentalidades
generales de nuestra sociedad. El paro, si lo dividimos por géneros,
nos daremos cuenta de que sigue siendo más elevado en mujeres que en
hombres y, si nos fijamos en los puestos directivos que se crean en
España, el porcentaje de hombres que ejercen dichos puestos frente a
las mujeres es alarmante. No es que no haya mujeres preparadas o con
dichas aptitudes, o que no tengan experiencia para coger esos
puestos; se trata de algo más complicado. Se trata de una mezcla de
impresiones y creencias que he notado que tenemos la mayoría.
Si
preguntamos a muchos trabajadores/as si prefieren un jefe o una jefa;
muchos contestan que un jefe. ¿Esto por qué pasa? Muchos pensareis
que es por machismo, pero ciertamente a esta repuesta la contestan
igual hombres que mujeres; el problema reside en el rol que coge la
persona cuando le dan el puesto. Muchas veces las mujeres asumen que
para ser competitivas y estar a la altura de los hombres, deben
adquirir ciertas actitudes que pueden no estar acordes a su verdadera
personalidad.
Muchas
también sois vosotras vuestras propias enemigas, visualizando el
papel de una jefa como el que no es. Una jefa no es el “Diablo que
viste de Prada” ni tiene que ser Jullie Andrews correteando por la
oficina como si de los prados de “Sonrisas y lágrimas” se
tratara. Cada mujer es diferente y todas pueden aportar cosas
excepcionales a una empresa; teniendo claro sus valores, reafirmando
su personalidad y carácter en el puesto laboral y teniendo la ayuda
de vuestro cómplice de vida en casa. Ni héroes ni villanos tienen
cabida en el trabajo. Dejad las películas en casa. Y esto va por
ambos sexos.
También
las mujeres, esto ya es una observación personal, jugáis con una
clara ventaja que encierra en sí una gran desventaja. El
atributo exagerado por defecto.
Sí queridas, os voy a poner un ejemplo muy claro y que todas al
unisono me daréis la razón. Un hombre cuando es malo es malo, un
hombre cuando está de mal humor pues está de mal humor. La mujer
será en estos mismos casos una víbora y “tiene la regla”. Pero
esta, como toda “otra cara de la moneda”, mi teoría tiene su
contrapartida. ¿O es que nunca os habéis fijado en estos símiles
al revés? En el panorama de la lengua castellana hay muchos vocablos
negativos que quedan extintos si nos referimos al género femenino.
Esto me lo enseñó ya hace tiempo un buen amigo contextualizándome
con esta pequeña afirmación: “Rubén, de un hombre siempre podrás
decir que es un viejo, de una mujer no te sale referirte a ella por
“vieja”; puedes como mucho llamarla anciana pero, ante todo,
siempre te saldrá más utilizar SEÑORA”.
Así
si una mujer va muy arreglada, siempre diremos que está fabulosa;
con el caballero nos quedaremos en que va elegante. Cuando el hombre
cumpla años diremos que cada día está más interesante y de las
damas exclamaremos lo bien que se conservan. Si un hombre es bueno,
una mujer será una Santa. Y si un hombre llega a presidente, su
mujer será la Primera Dama.
Como
ven, todo lo que hacen las mujeres siempre está hecho de forma
superlativa y siguiendo este punto de vista, sin ánimo de ser
feminista, podemos hacer la siguiente conclusión: todos sus actos
encierran una solemnidad de la cual el género masculino carece por
completo. Siendo, cualquier cosa que hagan, estudiada y observada;
para poder todos mejorar con el ejemplo de las mejores.
A
nuestras lectoras, a nuestras vecinas y, en definitiva a todas las
mujeres; va dedicado este artículo y gracias por dejarnos todos los
días embelesarnos con sus pasos a lo largo de nuestra Pasarela de
Adoquines.
Feliz
Día de la Mujer.