Pasarela
de Adoquines
LA VIDA DE LA MODA.
La moda es como la vida de cualquier
persona: Nace, se reproduce y muere.
Incluso, por las últimas tendencias
del mercado, hasta vuelve a la vida. Y para las personas que en su
misticismo avalan la reencarnación, me darán un poco de razón.
En cualquier lugar, puede nacer. A
diferencia de los seres, la moda no nace de una unión corpórea. No
hace falta magia ni química. Sólo la libre voluntad de crearla.
Los genios no crean Moda, crean
artificios que pueden serlo, o no.
Los que las crean son las personas que
pasean por nuestra particular pasarela de adoquines, y prueba de ello
es esta historia.
Una tarde Veraniega, como cada día,
unas personas estaban tomando algo en su terraza favorita de la Calle
Embajadores, al amparo de la sombra.
Faltaba el momento en el que, como casi
siempre a las mismas horas llegara él. Un joven negro, con semblante
serio e, incluso, distante. Nos viniera a ofrecer sus películas como
siempre. Y yo, dándole una repetida negativa cada día.
Un día, a su oferta añadió unas
graciosas pulseras de abalorios redondeados amarillas, rojas,verdes y
negras. Las cuales desde que las ví, siempre me apeteció coger una,
pero siempre me pillaba sin dinero, solo con la tarjeta o siendo
invitado por un amigo.
Un buen día, el destino por fin nos
unió, teniendo un euro listo para comprarle una de sus pulseras,
estando acompañado de cinco personas más. Las cuales, asiduas como
yo a la misma terraza, no dudaron en seguir la pequeña moda que
proponía.
Poco a poco, todos fueron
haciéndose con las suyas. Y de una simple y sencilla pulsera, ahora
puedes apreciar que todos en esa terraza poseen una. El semblante
del joven, ya no era serio y mucho menos distante. Regalándonos una
sonrisa cada día. Y a veces, incluso, nos acaricia la oreja, una
forma tierna y diferente que tiene Él de agradecimiento.
Ese es el espíritu de la
Moda, las ganas de nacer, las ganas de tener algo parecido unos de
otros y algo que les haga miembros de algo.
Cualquiera puede crear Moda
con un simple gesto, solo hay que que querer que nazca. ¿Y si
ponemos de moda ser nosotros mismos? Solo tendríamos que ponernos
todos de acuerdo en respetarnos unos a los otros. ¿Lo ponemos en
práctica?
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